Escribo en el día de mi cumpleaños, 11 de octubre, aunque realmente lo publicaré la semana que viene. Tal día como hoy hace 34 años nací yo. Y bueno, los cumpleaños siempre me gustaban porque la gente se acordaba de mi, mi madre me hacía la comida que me gustaba y además coincidiendo con que al día siguiente era nuestro santo, el de mi madre, mi abuela y el mio, la familia nos reuníamos, frente a una merienda de esas extra buenas. Esto se sigue haciendo. Al margen de las tradiciones familiares, hoy ha sido un día raro raro raro....
He llevado a Lola a la guardería, como siempre con la hora pegada al culo y no porque lleguemos tarde a llevarla sino porque cuanto más tarde vaya, menos horas del día aprovecho para trabajar.
En la oficina, hemos estado trabajando mi marido y yo, cada uno a lo suyo super centrados. Me he bajado antes de comer a hacer unos recados y cuando he subido de nuevo a la oficina, el iphone no me funcionaba. SE ME HA VENIDO EL MUNDO ENCIMA. ¿a qué es triste? pero sí imposible, de evitar, me he sentido fatal, sobretodo porque mi trabajo me obliga a estar constantemente conectada al 2.0. Así que me ha dado un soponcio. Me he ido a una tienda cerca para que me lo arreglaran, y hasta el martes no podré disponer de él.
Me ha dado rabia, no quiero que suene egocéntrico, pero con lo que me gusta que la gente me llame para felicitarme, pues nada, a conformarse con las felicitaciones en FB. Además me he enterado que mi marido, el pobre, va a tener un mes de curro infernal, de llegar a casa a las 21:30 horas y me he agobiado, mucho mucho mucho.
He intentado relajarme pero esto ya me ha descompuesto.
Luego hemos comido, rápido y hemos ido a buscar a Lola, ella como siempre ajena a nuestras preocupaciones (que por cierto menos mal). Su sonrisa nos ha cautivado. Menos mal que está ella, su sonrisa, su alegría y su aparente felicidad.
La educadora, nos ha comentado que ha vomitado algo de la comida, pero por ansiosa. Es que Lola, es muy ansiosa y a veces ha regurgitado algo la comida. Pero bueno no le he dado importancia.
Al llegar a casa, mi marido se ha ocupado de ella, mientras he recogido el friegaplatos, he puesto la lavadora y me he puesto a cocinar. Mientras tanto Lola ha empezado a protestar y hemos deducido que tenía hambre. La merienda le tocaba. Le he exprimido unas naranjas y le he llevado un yogur. El caso es que estaba protestona y no quería, así que lo he puesto en un biberón, y aún así también protestaba. Al rato, ha empezado a vomitar, el zumo, el yogur, MADRE MÍA, ella se ha puesto perdida, el padre igual, el suelo, la funda del sofá, incluso a mi me ha salpicado. Al llevarla al baño, igual, más vómito, así que nos hemos quitado los pantalones y yo he empezado a recoger, mientras mi marido la limpiaba, luego ha empezado a sonar la thermomix, y la lavadora y bueno ya me he DESCOMPUESTO.
Estoy cansada, desde que ha nacido Lola, no paro, de arriba a abajo y de abajo arriba, con la sensación de dejar las cosas sin acabar, de la casa super sucia, de la ropa sin planchar, de las pelusas corriendo entre nuestros pies, la SENSACIÓN DE PÉRDIDA DE CONTROL. De que se me escapa la vida, de que quiero dormir un poco más y no puedo. De que hoy he estado a punto de explotar.
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Lola se ha quedado dormida a las 18:30, su actividad en la guardería la deja agotada. Al rato, se ha despertado y al cogerla se me ha quedado dormidita en mi hombro, me he sentado con ella y he dejado de pensar en mi estrés, en mi agobio, en mi día raro, he disfrutado de media hora de Lola, abrazándome, de su olor, de su calorcito, de su respiración.
Mi problema es que soy muy exigente conmigo misma, que quiero que todo esté perfecto, que todo funcione a la perfección. Siempre me ha pasado que no me vale con las medias tintas y ahora con Lola esto está resultando muy difícil. Así que estoy intentando a aprender que la perfección no es una opción, que no hay blancos ni negros, sino grises y que mi vaso no quiero que se llene y que antes de que se llene, se pueda achicar.
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¿habéis tenido alguna vez esa sensación de que vais a explotar?
He tenido esa sensación y no me gusta nada, menos mal que papabatallas es más zen o más pasota no se exactamente cual de las dos y me hace darme cuenta de que no merece la pena, pero cuesta, la sensación de ir corriendo y no abarcar... Disfruta de este año y muchas felicidades.
ResponderEliminarCada día tengo esa sensación, y lo cierto es que estoy intentando aprender que después de la A a la B y que lo que se quede sin hacer ya se hará y que lo primordial son mis peques.
ResponderEliminarMe cuesta mucho, la verdad, por que eso de ver la casa patas arriba me pone mala, pero es lo que hay.
También hay días en que te organizas mejor y además no aparecen tantos contratiempos y vuelves a tener esa sensación de control. Hoy he tenido un día des estos buenos, pero esto solo ocurre una vez a las mil.
Piensa que Lola crecerá y demasíado deprisa y todo volverá a estar limpio, recogido y bajo control. Mientras disfruta de esos ratitos con Lola abrazada y que se hunda el mundo si quiere.
Besos animosos.
Nena!! Bienvenida al club de las madres estresadas y exigentes consigo mismas. Creo que estas últimas semanas, han aparecido más mujeres escribiendo sobre esto mismo, de esta pérdida de control, de pérdida de momentos de la vida, y no sé. Piensa que es sólo un momento de agobio, y que todo pasa, relájate y trata de disfrutar de las cosas bonitas de tu alrededor, como tu hija Lola.
ResponderEliminarPor los hijos somos capaces de disimular nuestro cansancio, nuestra tristeza o nuestra apatía.
Felicidades atrasadas por tu cumpleaños. Y espero que este año esté repleto de buenas cosas para tí y tu familia.
Sensación de que voy a explotar sí, pero se me pasó rápido. Intento tomarme las cosas con filosofía. Voy a poner en el blog algunas frases de un power point que me han pasado y que me ha encantado. Un día de estos... jajaja.
ResponderEliminarBesos y tomatelo con calma, o con Lola (que con ella te relajas mucho, y sus sonrísas).