Mi particular terapia de los viernes

El grupo de post-parto del Centro de Salud se terminó, pero les propuse a las madres, que si nosotros podríamos seguir quedando para vernos y compartir nuestras experiencias maternales.
Así que eso es lo que hacemos desde hace casi un mes, quedar los viernes en la plaza que hay cerca en el barrio, tomarnos un refresco, al mismo tiempo que compartimos nuestras inquietudes.
La verdad es que estoy super contenta, me siento muy tranquila cuando estoy con ellas. La verdad es que nuestros temas de conversión no pasan de nuestros partos, tetas, lactancia, dificultades, el sueño de los niños, nuestras tristezas.
Lo que mola, es que hay mamas, como Gemma y MªÁngeles que ya tienen su segundo hijo, y son quizás las que pongan la tranquilidad encima de la mesa. No digo que las primerizas seamos unas histéricas, pero si es cierto que estamos un poco más alteradas o preocupadas por cualquier cosa que les pasa a nuestros nenes.

Me siento acompañada en mi proceso de maternidad, comprendida y sobretodo escuchada. Eso ayuda a afrontar esos momentos durillos, o problemas que a veces son más fáciles si nos ayudan otras.

Luego es una pasada, ver cómo cada semana cada uno de los bebes, que pertenecen a este grupo reducido, crecen. Bueno claro, yo a Lola la veo grande, pero no noto apenas los cambios. Sin embargo, noto los cambios de los otros niños, los gorditos, espabilados y despiertos que están. Que hace semanas sin embargo, era más pequeños y casi dormiditos todo el tiempo.

La verdad es que menos mal que un día a alguien se le ocurrió hacer los grupos de post-parto, son super necesarios para sentirnos más seguras y entender qué coño nos pasa. Esas tristezas, los lloros, las inseguridades, etc, si son comprendidas por otras madres, yo también me comprendo a mi misma.
De todas formas, también noto, que a pesar de los consejos que nos damos las unas a las otras, al final cada una decide lo que mejor le viene.

Estoy muy contenta de poder contar con las otras madres, las madres de mi barrio que me ayudan a sentirme mejor, a reírme y a querer más a mi hija.

Chicas, que contenta estoy cuando os veo los viernes.

Mira que siempre se oye el topicazo de que las mujeres entre nosotras somos envidiosas y malas, pero la maternidad nos une. Existe un vínculo entre las madres, porque pasamos por momentos duros, sobretodo al principio, mucho cansancio, tristeza y soledad. Así que nos tenemos las unas a las otras y nos ayudamos. Aunque al final cada una de nosotras tenemos que afrontar la maternidad solas, pero se lleva mejor cuando otra madre, que está pasando por lo mismo en ese momento, te escucha.