Cuando me quedé embarazada tenía mis preferencias acerca de qué sexo quería que fuera mi bebé.
Os cuento que cuando alguien me preguntaba yo decía que quería niña. ¿Por qué? pues por un tema práctico. Nuestra casa es minúscula, tenemos dos habitaciones y el bebé fuera niño o niña tenía que compartir habitación con Lola. Y además si fuera niña podríamos aprovechar toda la ropita.
Cuando nos dijeron el sexo del bebé, que era niño, debo reconocer que me desilusioné durante unos días, pero una vez asumido, pensé que daba igual. Lola aprenderá a compartir con su hermano, sus cosas y juguetes y quizás aunque tengan sexo diferente aprenderán a compartir esos momentos del juego. Lo que importa es que se acompañen y se comprendan. Nosotros trataremos de ayudarles lo que esté en nuestra mano.
Las frases que me han dicho mucho han sido:
- "¡La parejita!
- "¡Qué puntería, pues ya tenéis todo el trabajo hecho!"
- "¡Tu marido qué bien lo ha hecho!"
foto de Indulgy
Pues mirar lo de la parejita no me importa, pero las otras dos frases, me parecen de un machista y de un terrible que se me revuelven las tripas cada vez que la oigo. Pero bueno qué pasa, ¿que hay que tener siempre hijos de sexo masculino? ¿que si son niñas no vale? De hecho cada vez que escucho esta frase, me viene a la cabeza, los chinos que quieren descendencia masculina.
Pues este es una de las frases más escuchadas durante mi segundo embarazo que me parece de lo más horrible, machista y medieval.
Así que por favor si me veis, no me digáis eso porque mi cara será un poema.
¿Os suena esta maldita frase?
¡Muy bueno! A mi me pasó lo mismo pero me decían: bueno, ahora hay que desempatar! Pero si ni siquiera ha nacido el segundo!!!
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¡Espero que te guste!