Virus iros ya

Estoy un poco desesperada y eso no es lo más importante, sino preocupada por Lolita. Y es que desde que empezó la escuela infantil, Lola ha ido empalmando un virus con otro y que no hay manera.

Empezó con unos mocos, creo que contagiados por un nene que ya estaba malo el primer día de escuela, (que ya les vale a sus papás). Así que Lola fue 7 días a la escuela y durante un par de semanas siguientes no volvió. Los mocos desembocaron en un catarro, con una tos de perro espantosa y ruidosa. ¿cómo de un cuerpo tan pequeño, salen esas toses de perro pulgoso?

Me acuerdo de la noche en que la pobre no podía respirar, se puso como loca a llorar. Se quedaba dormidita y al respirar otra vez, despierta y llorando. Encima no teníamos humidificador, porque el que tuvimos fue a la basura de lo malo que era. Mi marido se metió con ella en el baño, que previamente había abierto grifos con el agua caliente. De esta manera Lola se siento aliviada y se durmió durante un rato. La cebolla cerca de su cuna, también ayudó bastante. Pero este fue el inicio de la involución.

Y es que cuando Lola cumplió 3 meses, empezó a dormir de un tirón toda la noche. Sin embargo, a partir de la aparición de los primeros mocos, sus despertares han sido muy frecuentes, hasta 10 veces en la noche.

Pero bueno, el catarro aunque no llegó a su fin, empalmó con una diarrea y vomitonas, una gastroenteritis, aunque en el hospital nos dijeron que era un rotavirus. ¿QUÉEEEE? Pues si está vacunada, ya pero parece que hay diferentes rotavirus, así que Lola pilló uno. Unas vomitonas....., unas cagaleras, contabilizando lavadoras, en el puente del Pilar, en tres días, puse 7 lavadoras de la niña. Como la caca era radiactiva, sí sí radiactiva, primero las dejaba en remojo y luego frota que te frota, se me despellejaron las manos.

Por supuesto, esto trajo consigo, la contaminación del padre y la contaminación de la madre. El padre, como ya sabéis y adivinareis, el más afectado.

Bueno el caso es que parece que el tema de sus cacas ha mejorado notablemente, pero ahora ha empalmado con otra cosa.

Tiene el culo tan rojo y tan abrasado como una mona.

Ayer al volver de la guardería, no me dejaba cambiarla el pañal y al abrirlo, me encontré un culo tan rojo como el de la foto del mono. La niña llorando y yo también. Sólo de verle el culete, me podía imaginar su dolor. Así que mientras intentaba quitarle la caca de última hora, mis lágrimas se juntaban con su llanto. Me fui de urgencias al ambulatorio donde me indicaron que la tenía que echar una crema con corticoides.
Me pregunto: ¿habrá algún día en el que no pase nada? ¿algún día que sea tan coñazo que me pueda aburrir?
Lola además ahora no come, come en su escuela infantil su puré y lo come en casa de su abuela cebolleta, pero conmigo en su propia casa, me aparta la cara. He hecho permutaciones de purés, con diferentes verduras, en diferentes proporciones, con pollo, ternera, siempre con su chorrito de aceite y su chorrito de amor, pero no hay manera, así que esa es la batalla de estos últimos días.