martes, 3 de julio de 2012

¿Accesibilidad en Madrid?

Continuando con el anterior post sobre los carritos, hasta que no tienes un niño, y utilizas el carrito, no te das cuenta de la no accesibilidad de los espacios en el medio urbano. De que me sirve que el carrito haga el pino en la nieve, cuando en mi ciudad, los locales, las calles o el transporte público carecen de toda accesibilidad.

Cuando por fin me atreví a salir sola a la calle, un día quería sorprender a mi abuela con unos pastelitos y cuál fue mi sorpresa que para acceder a la super pastelería del barrio, había que subir un escalón bastante alto. Pues señores, que no me atreví.
Bueno con un churretón de sudor en mi cara por no haber sido capaz de subir ese escalón, me fui a la tienda de alimentación (que no diré su nombre, porque no se merece publicidad gratuita) a por el pan y con los nervios de punta fui incapaz de acceder por el escalón que era de bajada y de bastante altura.

Cuando tienes que manejarte con el carrito, vamos quiero decir, cuando nace tu hijo, te empiezas a darte cuenta de las limitaciones de tu ciudad. Cuando llueve, todo es agua y las alcantarillas no tragan, por lo que tienes que tener cuidado. Los accesos a los locales comerciales, son difíciles si es que hay accesos.

Pero la última de todas y con la que estoy super indignada, es el tema del autobús, ese maravilloso transporte urbano, que yo admiraba. PUES YA NO!!!! Odio a los de la EMT.
Por fin fuimos la familia feliz, al subir al autobús para visitar el jardín botánico, pedimos al busero que bajara la rampa y vamos nos nos hizo un corte de manga de puro milagro.
Antes de salir, el papá, fue a hablar con él para preguntarle si no nos iban a poner la rampa para bajar el cochecito y le comentó de manera cortante que no era su obligación, sólo para las sillas de minusválidos.


Como al ser madre te conviertes en una reclamadora compulsiva pues llamé para poner una queja y me contestaron:


"Estimada señora:


           Acuso recibo de su correo electrónico de fecha 07 de mayo de 2012, remitido a través de nuestra página Web, mediante el que pone de manifiesto la negativa del conductor, al no desplegar la rampa del vehículo cuando solicitó descender del mismo portando un carrito de niño.

En relación con el contenido de su escrito en primer lugar le informamos, que los conductores solo tienen la obligación de desplegar la rampa del vehículo, cuando el usuario que lo solicita, se desplaza en una silla de ruedas. No obstante puede pedir a los agentes, que activen el sistema de arrodillamiento del vehículo (Kneeling), que facilita el ascenso y/o descenso del vehículo a las personas con movilidad reducida.

Dicho lo anterior significarle, que se ha instado al agente objeto de su reclamación, sobre la obligación que tiene  de aproximar el autobús a la parada, donde la distancia entre el suelo del vehículo y el bordillo de la acera es mínima con lo que se facilita su acceso con el cochecito de bebé, e igualmente debe activar el referido sistema, cuando lo soliciten los usuarios.

Rogándole acepte nuestras disculpas por las molestias que tal situación pudiera haberle ocasionado, aprovecho la oportunidad para enviarle un cordial saludo.


Atentamente,




José Luis Molinero Calvo
DIRECTOR DEL ÁREA DE COMUNICACIÓN Y CLIENTE"

Pues chicas de los carritos ya sabéis que debéis solicitar el kneeling del bus, para que podáis bajar y subir los carritos. Debo decir, que el conductor del autobús al que solicitamos ayuda, ni siquiera nos ofreció esa alternativa.

La verdad es que la ciudad, en particular Madrid, está llena de obstáculos, para pasear con el carrito, a veces hay que dar media vuelta para cruzar una calle, pasar baches, y ser casi como el coche fantástico, sorteando agujeros y muchos problemas. No nos damos cuenta hasta que somos madres.



2 comentarios:

  1. Pues sí, guapa, qué razón tienes. Yo no soy usuaria de autobuses debido a un molesto y persistente defecto congénito que me hace tomar los buses en la dirección contraria a la que deseo, pero menos aún con el carro de mi Lola. Y es un problema para moverte, claro.

    También odio bastante el metro, con lo que a mí me gustaba. Pero ha sido parir y parezco Terminator escaneando obstáculos por la calle. Un rollo total.

    Ten paciencia. Un día, no tan lejano, aprenden a caminar solicos. Yo ya le he dicho a mi retoño que el carro "se ha roto". Ale, a pata.

    Saludos¡

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    1. desde luego, nunca me había planteado las dificultades que tiene una ciudad y con mi hija y su carro, son todo problemas, pero al final acabo de llegando más o menos a donde quiero, o cambio de planes.
      Muchas gracias por tu comentario, guapa.

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