Hola Lola, te escribo en mi blog, porque de momento es la única manera de poder expresar con palabras lo que en estos momentos siento.
Estos días están siendo realmente duros para mí. Tengo que contarte que mi estado físico no me permite ir al ritmo que a ti te gustaría. Ya sabes que en mi barriga tengo un bebé creciendo y que cada vez está más grande y más grande. Me siento muy cansada, voy muy despacito a todas partes, me cuesta vestirme, me cuesta hacer las cosas de casa y me cuesta mucho jugar contigo al ritmo que me pides. Lo siento, hija, porque creo que no te estoy dando lo que me pides.
Quería decirte que llevas unos días que se me están haciendo muy difíciles. Pasas mucho rato a lo largo del día gritando, y haciendo que todo sea más complicado. Te niegas a vestirte, te niegas a lavarte, te niegas a muchas de las cosas que te propongo. Pienso en cómo hemos llegado hasta esta situación.
¿Es posible que estés disgustada porque no te doy lo que necesitas?
¿Puede que estés enfadada porque no te atiendo y no juego contigo lo que tu querrías?
Lola lo siento, no sé como decirte que de verdad lo siento, pero es que no llego, no puedo, no me da el cuerpo ni la cabeza. Ojalá mis abrazos y mis besos, y las veces que te digo lo que te quiero, sirvieran para evitar esos enfados.
Por otro parte, me gustaría que tu comportamiento fuera más amable conmigo, que me comprendieras y que te pusieras en mi lugar. Trato de darte lo mejor, pienso en tí cada momento, aunque no estemos juntas. Cuando estoy trabajando pienso en cuánto queda para verte y qué cosas me he perdido. Pero me gustaría que cuando estuviéramos juntas, fueras más comprensiva conmigo. Noto que ultimamente me exijes mucho. Que además hay cierto egoísmo en tí, y falta de comprensión por tu parte hacia conmigo. Me gustaría que eso mejorara. Me encantaría sentirme más segura contigo. Me crea mucha inseguridad esos cambios de humor, esos cabreos, exigencias y rabietas.
Lola, te quiero de aquí a la luna, lo sabes. Yo también sé que tú me quieres. Que que nos enfademos no significa nada más que unas veces estamos contentos y otras enfadados. Que a pesar de estar enfadada sé que me sigues queriendo, igual que cuando yo me enfado, no dejo de quererte.
Que me encanta que me acaricies la barriga, le des besos y la abraces. Se me cae la baba, Lola con todo el amor que me das.
Hija te quiero a pesar de nuestros cabreos y de nuestras rabietas. Perdóname cuando no entiendo estos cambios de humor, me resultan difícil entenderlos, por ello te escribo para expresarte lo que siento.
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