Llevo sin escribir desde hace mucho, sé que debería de hablar de mi suegra, porque mola hablar de las faenas que hace, pero no hoy quería hablar de la importancia de poner límites. Y no voy a hablar desde un punto de vista educativo ni científico ni nada, sólo de mi experiencia.
He notado desde hace ya bastante y más o menos haciendo memoria, que cuando Lola cumplió el año, 12 meses, empezó a ser todo más complicado para nosotros.
Me di cuenta que cuando empezó a andar, mi vida se complicó más y sin embargo, a ella se le abrió un mundo bajo sus pies. Se vio libre y alcanzar todo lo que ella se proponía, era su objetivo. Vamos poneros en el pellejo de unos bebés, que no tienen capacidad de moverse y de repente empiezan a necesitar hacerlo porque además su cuerpo ya está preparado para ello. Así que tuvimos a los 14 meses peloteras, porque ella no quería ir en el carro sino andando. Pero a veces una tiene que ir rápido y no se puede, hay que meterla en el carro y punto. También nos encontramos en que no quería que la tumbáramos para ponerla el pañal y se quedaba de pie. Así que a veces a no ser que la plasta fuera tremenda, aprendimos a poner los pañales de pie, aunque tengas que hacer malabares y sea más lento.
Ahora tenemos otras luchas, como por ejemplo si le pongo un rato la tele y le digo que cuando haya que cenar se apaga, pues normalmente se pilla un berrinche. O cuando ella quiere ponerse a patinar con su patín por casa, y se pilla otro enfado. O ahora la última es el tema de lavarse los dientes, yo la dejo que se los lave solita, pero el tema es que hay que lavarse bien los dientes, no vale chuparlo y punto, y yo entiendo que ella no entienda lo importante que es hacerlo bien y entonces ella me dice YA y yo le insisto en que yo le ayudo a hacerlo para dejárselos más limpitos. Pero ella no quiere. Así que la explico que me llame cuando quiera que le lave los dientes bien, que hasta entonces no habrá cuentos en la cama. Y después de un rato me llama para que se los termine de lavar.
El caso es que me doy cuenta lo importante que es que los niños sean capaces de enfadarse, de intentar conseguir lo que quieren, pero a veces se tienen que encontrar con esos límites bien puestos. Los límites que se pongan ahora no tendrán que ser puestos en la adolescencia. Tiene que aprender a que a veces no se pueden conseguir las cosas que uno quiere, y tienen que aprender a vivir con ello, es el tema de aprender a tolerar la frustración.
¡Qué difícil! Qué difícil para ellos aprender eso y qué difícil de verdad es lo de poner límites a los padres y madres. A veces cuando estoy cansada, pienso en dejarle hacer lo que le dé la gana. Pero me resisto. También hay que reflexionar sobre si esos límites no deben ser tan limitantes, ¿no creéis? Que a veces nos encabezonamos con que hay que poner límites y quizás se puedan traspasar un poco o no tanto. Que a veces las cosas no son tan importantes.
A raíz de esto, me he dado cuenta que poner límites no es sólo algo que los padres debemos hacer con nuestros hijos. Sino que importante es aprender a poner límites a las personas. No sólo se trata de poner límites a los niños, sino a aquellas personas con las que nos enfrentamos y que a veces nos invaden. Bueno nada más nacer Lola sentí que mucha gente quería invadirnos nuestra vida, con sus consejos, sus manipulaciones y sus visitas. Pues ahí hay que empezar a poner límites. A veces las personas no se dan cuenta y otras sí, claro y les da igual. Pero sí uno no pone sus límites entonces dejas en manos de otros tu vida.
No sé si habíais pensado en esto. Da para mucho y sobretodo es difícil ponerlo en práctica.
Pues no sabes cómo te agradezco este post!! mi nene tiene dos años y empezó con un año con el tema de las rabietas y además es muy inquieto, mucho, no lo puedo llevar a una tienda si no va en el cochecito porque lo toca todo. He leído sobre límites, sobre niños inquietos, sobre castigos, sobre no castigar y cuando leía sobre el tema de que no puedes decirles a todo que no porque les genera frustración hasta me sentía mala madre pero no, tienen que aprender a que hay cosas que no se tocan, a que no siempre se van a salir con la suya, a que tienen que comportarse cuando vamos por ahí, y aunque ahora les cueste comprenderlo porque son pequeñitos, creo que es una tarea que debemos hacer porque como tú dices no nos podemos plantar en la adolescencia y entonces intentar poner límites porque será imposible. Estoy de acuerdo contigo en todo lo que dices y me ha ayudado a sentirme mejor conmigo misma y con la educación que intento darle a mi hijo, muchas gracias.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado, es un tema complicado, pero creo que hay que reflexionar sobre ello y poner en práctico aquello en lo que uno cree. Está claro que a veces nos confundimos y ya está. Un beso Tere
EliminarA mi me ha gustado mucho el final de tu post, donde dices que hay que "empezar por poner límites a las personas", y ¡Qué cierto es!!!!, unas se dan cuentan, a otras les da igual pero sobretodo y lo más importante es que si les dejas te "invanden". Muchas veces hay que decir: - No, gracias - Que a decir no también se aprende ... por experiencia. Ah!! Y que conste, que sigo aprendiendo ... a todo. ¡Qué paséis buen fin de semana!!! :-)
Eliminarvaya, no se me ha cargado el comentario. o igual luego sale duplicado. bueno, te ponía que opino como tú, hay que saber poner límites pero también cuándo ser flexible. es lo que yo llamo "escoger mis batallas". ambas cosas son muy cansadas, yo acabo muchos días con mucho desgaste mental...
ResponderEliminarya ves entiendo lo que dices del desgaste mental, es cansado. Si hay rabieta, es como si te chupara toda la energía. Venga que lo ahcemos muy bien
EliminarEs muy duro! Y lo mas duro es cuando has gastado todos tus cartuchos y ya no sabes como actuar, ya no sabes como poner tu limite y sientes q pierdes un poco el control de la situación. Parece mentira que niños tan pequeños e inocentes puedan desgastarnos tanto a veces... Jeje. Paciencia y mucho amor! Un beso
ResponderEliminarSí he sentido eso que dices de perder el control, pero es que una rabieta es dificil de llevar, y una rabieta es una falta de control total, que descontrola en sí mismo al que la tiene y a la persona que tiene que acompañarla
EliminarLos límites no son tan malos. Primero debemos tenerlos nosotros, con lo que son rutinas, y entre nosotros, y alargarlos a la familia: no la excites a las 8 de la noche, no le des chuches cuando yo le he dicho que no, etc,.... Ejemplos sencillos.
ResponderEliminarLos límites favorecen la rutina, y cuando son pequeños es prácticamente vital que existan.
sí estoy de acuerdo, no digo que los límites sean malos, sino hay que ponerlos, porque sino más adelante será mucho peor.
Eliminar¡Pongámosle límites a las suegras entrometidas! Me encanta la idea.
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