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El otro día escuchando una canción infantil
para Lola, recordé que mis padres tuvieron un tocadiscos. Encima de él siempre había una funda de color rojo, nunca se me olvidará. Me gustaba
porque la música se escuchaba muy bien, según me sentía más contenta o más
triste me ponía un disco u otro. Siempre me parecía como si los músicos
salieran del disco y tocaran en directo, delante de mí. El otro día le pregunté
a mi padre, dónde estaba el tocadiscos, no recordaba si lo habían tirado o lo
habían olvidado en algún rincón de su casa. Así que al preguntárselo, me
dijeron que estaba en el pueblo. Así que
hace un par de fines de semana, fui allí. Estaba sobre una pieza de cemento, cerca de la entrada. Por fin
pude volver a escuchar la música como antes. Lola se quedó embobada escuchando la
música y yo recordé.
Jo, me estan entrando unas ganas de ponerme un vinilo, entre tanto sensacional relato, que en cuanto llegue a casa de mus padres me pongo el tocadiscos :-)
ResponderEliminarLa música trae recuerdos, este domingo ha estado plagado de nostalgia y bonitos recuerdos traídos por la música de un tocadiscos. Genial post!
ResponderEliminarBonita historia, a veces la música lo es todo. Es capaz de hacerte viajar al momento preciso
ResponderEliminarMoooooagggasssf
La música nos hace viajar, estar alegres, recordar como tú bien has dicho... :)
ResponderEliminarUn relato precioso. Hay veces que ciertos objetos te devuelven al pasado y te hacen recordar momentos maravillosos.
ResponderEliminarHa sido un relato muy bonito. Todo lo que nos hace viajar al pasado nos llena de nostalgia, pero que a Lola le gustase le llena de una mágia especial.
ResponderEliminarhttp://sradiaz.wordpress.com/2013/01/20/150-palabras-tu-nombre-y-el-mio/